Gracias por esta oportunidad para compartir mis historias con la comunidad de CIENTEC, conmemorando y celebrando 30 años de matemática y ciencias. ¡Felicidades a CIENTEC en este aniversario!
He tenido el honor y el gusto de trabajar con los programas de CIENTEC desde el 2001. Ese fue el año en el que conocí a Alejandra León. Ale llegó al Exploratorium, un museo de ciencia, arte y percepción humana, ubicado en San Francisco, California, para asistir a un curso de un mes que yo estaba dirigiendo con uno de mis colegas científicos en nuestro museo.
En agosto del 2001, fui invitada a enseñar en el Congreso Nacional de Ciencia, Tecnología y Sociedad. Era la primera vez que visitaba Costa Rica y mi primera vez enseñando fuera de los Estados Unidos. ¡Fue una maravillosa oportunidad de aprendizaje para mí! Desde aquel congreso en San José, he sido afortunada por poder compartir ideas y activitidades de ciencias y matemáticas y actividades con maestros y estudiantes en muchos lugares de Costa Rica. A través del programas de extensión de CIENTEC en áreas del país fuera del Valle Central - lugares que tienen menos oportunidades de desarrollo profesional para maestros - he tenido el placer de impartir talleres en Liberia, Bijagua, Guácimo, Cahuita, Kekoldi, San Carlos, Palmares, Puntarenas y la Isla de Chira.
Quisiera compartir algunas historias sobre estas visitas. Una de mis visitas más memorables fue cuando Kay Gilliland y yo visitamos Isla Chira y Bijagua con una de las colaboradoras de CIENTEC de toda la vida, Elliete Artavia. Kay y yo habíamos llegado de los Estados Unidos para ser parte del Festival de Matemáticas y, como parte de nuestra participación como presentadoras, se hicieron arreglos para que compartiéramos nuestros talleres con maestros que no podían participar fácilmente en la conferencia principal en San José. Cuando Ale me dijo que Kay, Elliete y yo íbamos a un lugar que ella nunca había visitado, supe que íbamos a un lugar especial. Isla Chira es principalmente una comunidad de pescadores, con muy poco turismo. Los 3.000 residentes de la isla dependen principalmente de la pesca para mantenerse.
Llegamos en un bote pequeño que partía de una ubicación al norte de Puntarenas, y llegamos a la isla aproximadamente una hora más tarde. Un viejo autobús escolar es el principal medio de transporte público de la isla, y cruza la pequeña isla varias veces al día. Nos dejaron en la escuela secundaria local, donde las clases todavía estaban en sesión. Compartimos un delicioso almuerzo en el comedor de la escuela, junto con algunos miembros del personal y estudiantes. Mientras nos preparábamos para nuestro taller de la tarde, empezaron a llegar maestros de las otras escuelas de la isla. Tener presentadores de los Estados Unidos en Isla Chira era un evento especial, y los maestros vinieron de todas las escuelas de la isla para unirse a nuestros talleres, desde el jardín de infantes hasta la escuela secundaria.
Presentamos actividades prácticas que integraban las matemáticas y la ciencia, haciendo hincapié en las matemáticas en contexto. Tanto Kay como yo creemos que los docentes deben realizar las actividades para procesar el aprendizaje plenamente y sentirse cómodos al enseñar dichas actividades en sus clases. Esta es también la forma en que se imparten los talleres donde yo trabajo, en el Exploratorium. Queremos que los maestros trabajen juntos, hagan preguntas y experimenten. ¡CIENTEC ha estado apoyando este tipo de aprendizaje durante 30 años!
Nos hospedamos en la Posada Rural La Amistad, que es parte de una nueva oleada de colectivos de mujeres en la isla. Los papeles tradicionales de las mujeres en las áreas rurales están cambiando, y en eso, Isla Chira no se diferencia. Pasamos una agradable velada en el comedor de Posada Rural La Amistad, temporalmente incapaces de regresar a nuestra habitación, debido al aguacero aparentemente interminable. Poco sabíamos que la tormenta era parte de un huracán que golpeó la costa justo al norte de nosotros, en Nicaragua.
A la mañana siguiente, dejamos Isla Chira en un pequeño ferry que nos llevaría al otro lado del Golfo de Nicoya. Todavía no habíamos oído hablar del huracán, y los mares estaban agitados, el cielo y el agua, ambos de color gris amenazante. Los pasajeros se pusieron chalecos salvavidas, y nadie hablaba. Incluso yo tenía miedo, mientras nuestro pequeño bote rebotaba en las olas crecientes, ¡pero Kay disfrutó cada minuto de nuestro duro viaje! Tuvimos la suerte de salir a tiempo; el resto del día los barcos fueron cancelados por las condiciones. Si nuestro viaje en bote se hubiera cancelado, hubiéramos perdido los siguientes talleres en Bijagua.
Nuestra próxima visita fue a una escuela en Bijagua, para trabajar con dos grupos de profesores allí. Dirigí un taller sobre el tamaño y la escala del interior de la tierra y la atmósfera. Los maestros hicieron modelos de las capas de la tierra. CIENTEC ha apoyado el que traigamos nuestros materiales para los maestros, para que puedan crear modelos para llevar a sus aulas y proporcionar ejemplos del trabajo que pueden hacer con sus alumnos.
La audiencia más importante de cualquiera de mis entrenamientos o talleres de desarrollo profesional son los estudiantes de los profesores con quienes trabajo.
Agradezco profundamente las oportunidades que he tenido de enseñar y aprender en muchas partes de Costa Rica. La visión de CIENTEC para la educación matemática y científica de los niños de Costa Rica se realiza a través de todos los talleres, eventos de ciencias públicas (como noches de astronomía), conferencias y festivales que ofrece la organización. Le aseguro que yo también soy una de las muchas beneficiarias de las oportunidades que ofrece esta gran visión.
¡Gracias, y felicidades!
Professional Development Across Costa Rica
Thank you for this opportunity to share my stories with the Cientec community, commemorating and celebrating 30 years of math and science. Congratulations to Cientec on this anniversary.
I have had the honor and pleasure of working with Cientec’s programs since 2001. That was the year that I met Alejandra Leon. Ale came to the Exploratorium, a museum of science, art and human perception, located in San Francisco, California, to attend a month long institute that I was leading with one of my scientist colleagues at our museum. In August 2001, I was invited to teach at the Congreso Nacional de Ciencias, Tecnología y Sociedad. It was the first time I visited Costa Rica and my first time teaching outside the United States. It was a wonderful learning opportunity for me! Since that Congreso in San José, I have been fortunate to share science and math ideas and activities with teachers and students in many parts of Costa Rica. Through Cientec’s outreach to areas of the country outside the Central Valley - places that have fewer professional development opportunities for teachers - I have had the pleasure to teach workshops in Liberia, Bijagua, Guácimo, Cahuita, Kekoldi, San Carlos, Palmares, Puntarenas and Isla Chira.
I would like to share some stories about these visits. One of my most memorable visits was when Kay Gilliland and I visited Isla Chira and Bijagua with one of Cientec’s longtime collaborators and supporters, Elliete Artavia. Kay and I had arrived from the USA to be part of the Festival de Matemáticas, and as part of our participation as presenters, arrangements had been made for us to share our workshops with teachers who could not easily participate in the main conference in San José. When Ale told me that Kay, Elliete and I were going to a place that she had never visited, I knew we were going someplace special. Isla Chira is mostly a fishing community, with very little tourism. The island’s 3000 residents rely mostly on fishing to support themselves.
We arrived by a small boat that left from a location north of Punta Arenas, and arrive at the island about one hour later. An old school bus is the island’s main public transportation, and it crosses the small island several times each day. We were dropped off at the local high school, where classes were still in session. We shared a delicious lunch in the school’s dining area, joined by some school staff and students. As we prepared for our afternoon workshop, teachers from the island’s other schools started to arrive. Having presenters from the USA on Isla Chira was a special event, and the teachers came from all the island’s schools to join our workshops, from Kindergarten through High School. We presented hands-on activities integrating mathematics and science, emphasizing mathematics in context. Both Kay and I believe that the teachers need to be doing the activities in order to fully process the learning and to be comfortable teaching the same activities in their classrooms. This is also the way workshops are taught where I work, at the Exploratorium. We want the teachers to work together, ask questions, and try new things. Cientec has been supporting this kind of learning for 30 years now!
We stayed at Posada Rural La Amistad, which is part of a new surge of women’s collectives on the island. Women’s traditional roles in rural areas are changing, and Isla Chira is no different. We spend a delightful evening in the comedor of Posada Rural La Amistad, temporarily unable to return to our room due to the seemingly endless rainstorm that poured down. Little did we know that the rainstorm was part of a hurricane hitting the coast just north of us in Nicaragua.
The next morning, we left Isla Chira on a tiny ferry that would take us across the Golfo de Nicoya. We still hadn’t heard about the hurricane, and the seas were rough, the sky and water an ominous gray color. Passengers put on life jackets, and no one spoke. Even I was afraid, as our little boat bounced over the growing waves, but Kay enjoyed every minute of our rough ride! It turns out that we were lucky to leave on schedule - all the boats were cancelled for the rest of the day because of the conditions.
If our boat had been cancelled, we would have missed our next workshops in Bijagua. Our next visit was to a school in Bijagua, to work with two groups of teachers there. I led a workshop on the size and scale of the earth’s interior, and the atmosphere. Teachers made scale models of the earth’s layers. Cientec has supported our bringing materials to the teachers, so that they can create models to take back to their classrooms, and provide samples of the work that they can then do with their own students.
The most important audience of any of my professional development trainings or workshops is the students of the teachers with whom I work. I am so grateful for the opportunities I have had teaching and learning in so many parts of Costa Rica. Cientec’s vision for the math and science education of Costa Rica’s children is realized through all the workshops, public science events (like astronomy nights), conferences and festivals that the organization provides. I assure you, I too am one of the many beneficiaries of the opportunities provided by this grand vision.
Thank you, and congratulations!