En julio de 2004, gracias a las conexiones de CIENTEC, tuve la oportunidad de asistir al Teacher Institute, en el Exploratorium de San Francisco. Esta fue una de las mejores experiencias académicas que he podido disfrutar. Aún en estos días continúo sacando provecho de esa visita.
Para el año 2005, Año Internacional de la Física, trabajamos en la confección de banners que aparecieron en las paradas de buses de casi toda la provincia de San José. En ellos se planteaban interrogantes como “¿Por qué titilan las estrellas?, ¿Cuáles serán las fuentes energéticas del futuro?, ¿Cómo generar nuevos elementos?” y otras preguntas más para motivar la reflexión alrededor de la física en la vida diaria. En un esfuerzo gráfico de excelente calidad se ilustraron los diversos temas y se instó al público a acudir a la página web de CIENTEC para encontrar la respuesta a las preguntas planteadas. Esta gran campaña fue patrocinada por Intel, Alimentos Jack’s, Siemens y la Municipalidad de San José, y fue parte de las acciones de la Comisión Nacional de Celebración del Año Internacional de la Física, de la que formaron parte las universidades estatales, el Colegio de Físicos, UNESCO y CIENTEC, entre otros.
Una buena cantidad de talleres han sido producto de esta aventura: nos han recibido en lugares como Liberia, Limón, San José, San Isidro del General, Cartago, Guápiles, Quepos y Naranjo, entre otros, y ahí hemos compartido con profesores de primaria y secundaria, así como con asesores de ciencias.
Recuerdo con especial satisfacción un “Taller para la construcción de un reloj solar” que nos enseñó la astrónoma mexicana Yolanda Gómez Castellanos (1962-2012); otro “Cortando el hielo, un taller para aprender del cambio climático”, así como “El decaimiento exponencial y el juego de dados”, “Encontrando imágenes en un espejo plano”, “Reutilizando las botellas PET”, “Un experimento con monedas”, “Explorando las capas de la atmósfera y la geosfera” y muchos más que espero hayan sido inspiración para los educadores. Especialmente porque todas y cada una de esas experiencias han sido diseñadas con materiales que están al alcance de todos, tanto en el aula como en el hogar, e inspiradas por el deseo de que nuestros jóvenes entiendan y disfruten de las ciencias, en particular de la física, tanto como yo he disfrutado descubriendo explicaciones para fenómenos en el mundo que nos rodea.
Para CIENTEC, la enseñanza y transmisión de conocimientos científicos ha venido acompañada de reflexiones sobre la importancia de colaborar, de cuidar el ambiente y de ser socialmente responsable, pues la ciencia se debe emplear para promover el bienestar. Así, en afán de fomentar el reciclaje y la utilización de materiales de desecho, realizamos dos tipos de actividades en nuestros talleres. La primera fue emplear cajas de cereal para construir “autómatas” (máquinas que imitan la figura de objetos con movimientos animados). Esta actividad fue inspiración para que estudiantes universitarios construyeran autómatas más grandes y complejos como sus proyectos de graduación.
La segunda fue promover el uso de las botellas de politereftalato de etileno (mejor conocido como pet) para estudiar simetrías de figuras geométricas. A través de estas actividades CIENTEC no solo ha fomentado la creatividad de los participantes, sino que también ha sido pionera en el país impulsando el reciclaje y la reutilización de materiales que contaminan nuestro ambiente.
Un novedoso taller en el que he podido participar en este último año es el del Miniscopio, que hace uso de un aparato que amplía imágenes de objetos microscópicos desde el teléfono celular, permitiendo que nos asomemos a ese mundo difícilmente alcanzable por el ojo humano. Este aparato nos muestra una novedosa forma de emplear la tecnología a nuestro alcance para hacer ciencia.
Me llena de satisfacción encontrar en los congresos a jóvenes profesores –y a otros ya no tan jóvenes-, que año a año vuelven a nutrirse y actualizarse para beneficio de sus estudiantes. También es agradable ver que participantes de estos congresos que alguna vez vinieron como alumnos, y hoy colaboran como expositores. Este es uno de los grandes logros del CIENTEC en su labor de impulsar el desarrollo profesional de los educadores, por lo que me siento feliz y orgullosa de haber puesto un granito de arena en esta labor.