Las oportunidades en nuestras vidas se presentan de varias maneras. Unas no alcanzamos a percibirlas; otras, sí. Considero que una gran cantidad de estudiantes ha logrado apreciar lo que CIENTEC ha significado para su crecimiento personal, así como en su preparación y motivación para el ingreso a los estudios universitarios o técnicos y la consiguiente vinculación con el mercado laboral, en algunos casos, o su inserción en el mundo de la investigación científica y tecnológica, con su gran e invaluable aporte al crecimiento y desarrollo del país.
Desde mi experiencia con la Fundación para el Centro Nacional de la Ciencia y la Tecnología (CIENTEC), vínculo forjado hace muchos años – primero como integrante del jurado de su Certamen de Ensayo, luego como colaboradora en el apoyo filológico con respecto a dichos certámenes–, he visto el crecimiento de la Fundación. También he visto el esmero e interés de la Administración en llevar el gusto y la pasión por el mundo de la ciencia y la tecnología, no solo a nuestros muchachos y nuestras muchachas de secundaria, sino también a la niñez, la cual, movida por la curiosidad, observa y, por supuesto, pregunta. ¿Hay alguna manera mejor de motivar? Sin duda no hay otra, pues significa que ellos y ellas se apropien del conocimiento, lo tomen para sí, lo experimenten y lo vivan.
Ese entusiasmo contagiante, dirigido a nuestra juventud y niñez, lo apreciamos en su plataforma web, llena de una rica y variada información, dispuesta y diseñada de manera tan creativa y dinámica, que no dudo en pensar en una navegación aplicada y acuciosa, cuestionadora. Lo mismo sucede con las giras educativas para presenciar algún fenómeno astronómico (eclipses, lluvia de estrellas), avistamiento de aves y el fenómeno de su migración, sin olvidar las tortugas, una gran preocupación también para CIENTEC. Además, todas estas actividades se ofrecen con el acompañamiento de expertos, quienes, a través de los años, han entregado lo mejor de sus conocimientos, de una manera sencilla y accesible. Los más conspicuos físicos, matemáticos, educadores, biólogos, químicos – nacionales y allende nuestras fronteras – han logrado despertar en nuestros niños y jóvenes ese interés por el mundo de la ciencia y la tecnología. Metafóricamente, han sido una verdadera pléyade.
Uno de los tantos productos estrella de CIENTEC es el Certamen de Ensayo – por lo general enfocado en un tema en particular–, el cual ha devenido en una convocatoria que ha representado una ocasión para conocer, de manera amplia y responsable, sobre situaciones que a todos nos atañen; desde, por ejemplo, las ciencias naturales, ya sea la física, la química, la biología, la astronomía, la geología, al igual que en relación con aspectos que atraviesan tales disciplinas, como el cambio climático y su impacto para el planeta Tierra, el uso eficiente de la energía y la gestión de los desechos. En ese sentido, tampoco podemos obviar las matemáticas, el razonamiento lógico, saberes que se interpelan mutuamente.
Así, de una manera lúdica e, incluso, retadora, la Fundación ha propiciado que los muchachos y las muchachas naveguen en la Red, al igual que en el acervo de sus bibliotecas colegiales o de las comunidades cuando no han tenido tal vez la comodidad de acceder a la tecnología, en busca de información sustentada, confiable y autorizada para usarla en la creación de sus ensayos. Sin duda, ello ha derivado en acudir al uso del método científico, como la forma pertinente para acercarse al objeto de estudio (tema de investigación) y escudriñarlo, mediante la observación y la sistematización.
A partir de mi acercamiento a ese mundo de información, he podido apreciar el esfuerzo de los jóvenes por organizar los datos y aplicar lo que la expresión escrita exige: coherencia (propiedad del texto que selecciona la información relevante y a partir de ella organiza la estructura comunicativa de una manera determinada), cohesión (propiedad del texto que conecta las diferentes frases entre sí mediante los procedimientos de enlace) y adecuación (propiedad que relaciona el contexto y el texto, define la adaptación del uso lingüístico al tema, interlocutores, al canal, al propósito comunicativo, y al ámbito de la comunicación).
También, la Fundación ha promovido un buen uso de nuestro idioma español en la elaboración de los ensayos. De esta manera, en ellos está implícito el ejercicio de las reglas fundamentales de nuestro idioma, como sintaxis (ordenamiento de las ideas), la puntuación para la claridad del mensaje, una esmerada ortografía y la riqueza léxica. Muchos, al tomárselo con la seriedad del caso, como nos corresponde con todas las tareas que emprendamos, asumo que deben estar brindando sus mejores aportes para engrandecer nuestra nación, pues mostraron un gran compromiso y responsabilidad al tratar los temas convocados.
Por otra parte, es necesario subrayar que CIENTEC ha inculcado el respeto a valores como la honestidad y responsabilidad mediante la exigencia de la declaración jurada sobre la autoría del ensayo, lo que refleja el compromiso de la entidad en la forja de ciudadanos conscientes.
Estos treinta años han hecho que CIENTEC consolide su liderazgo en el campo de la ciencia y la tecnología, al acercarnos a ese mundo mediante actividades educativas e innovadoras. ¡Adelante, CIENTEC! Esperamos muchos años más.