Cuando los sueños nacen en el Caribe costarricense

Soñar es gratis y cada sueño es realizable, sin importar de qué parte del país eres. Pero en Costa Rica, si estás fuera del Gran Área Metropolitana (GAM), enfrentas la primera dificultad.

Si bien uno pensaría que, en pleno siglo XXI, no debería haber dudas sobre invertir en educación y proyectos científico-tecnológicos en la periferia del país, lo cierto es que ha sido difícil llevarlo a la realidad. Se ha avanzado mucho, sí, pero no con la fuerza o apoyo que se esperaría. Sin embargo, existen soñadores que se esfuerzan diariamente para demostrar que la inversión en capital humano en cualquier parte del país sí vale la pena.

Ya han pasado nueve años desde que se me encomendó participar, junto con un equipo de trabajo, en una misión que pondría a prueba esta dificultad. Debíamos demostrarle a grupos de jóvenes de Limón, en el Caribe costarricense, que los sueños se pueden alcanzar y hacerlos toda una realidad, con mucho esfuerzo.

Una de mis primeras acciones fue buscar alianzas con empresas y organizaciones que pudieran ayudar a nuestros estudiantes a saber que los límites solo están en nuestra mente; que con trabajo arduo y determinación, lo inalcanzable se vuelve posible. Al saber que nuestra ubicación era “el otro lado del Zurquí” – un reconocido túnel en la principal carretera hacia el Atlántico –, muchas de las personas contactadas preferían desistir de realizar proyectos o coaliciones con nuestro centro educativo, dando cualquier excusa.

Pero sin buscarlo y, sin haber pasado cinco meses desde mi llegada al Colegio Científico del Atlántico, recibí una llamada de la Directora Ejecutiva de Fundación CIENTEC para participar en una charla sobre migración de aves; fue la primera vez que tuvimos contacto con CIENTEC. Sin dudar iniciamos un trabajo en conjunto para ser partícipes de sus actividades. La charla sobre la migración de gavilanes (2010) fue el eslabón inicial de una cadena que, con el pasar de los años, nos ha hecho seguir construyendo relaciones cada día más fuertes.

CIENTEC es tan versátil que ha llegado a impactar las vidas de estudiantes, tanto de los que están muy definidos en sus aspiraciones futuras tanto, como las de aquellos que aún requieren un período mayor de tiempo para tomar esa gran y trascendental decisión. Los ensayos científicos son una manera de ejemplificar este alcance.

En el año 2010 un chico con voz fuerte y determinación me dijo: “Profe, yo seré médico”. Esa meta siempre estuvo clara; para el 2011 ya era ganador del Ensayo Científico de ese año con su obra “Costa Rica de ensueño”. Hoy, ese joven contribuye a construir esa Costa Rica que siempre soñó desde centros médicos de nuestro país. Una chica que ve el gran y hermoso mar Caribe al despertar, tenía tantos sueños y eran tan grandes, que no sabía por cuál iniciar. Pero su hermoso ensayo – titulado “Light Inside” – sin duda es un gran paso hacia ellos. Sé que, en el próximo quinquenio, tendremos una de las ingenieras químicas más importantes del país.

Es impresionante cómo pequeñas acciones logran marcar e impulsar a las personas hacia grandes desafíos. Podría contar muchas historias más, pero nunca terminaría, ya que cada uno de los jóvenes que han participado tiene su propio sello.

Es tanto el deseo de la Fundación de salir de su zona de confort que realiza sus actividades en todos los sectores del país, y así ha llevado sus festivales de matemática a San Carlos, Puntarenas, Quepos, entre otros muchos. Limón es uno de ellos.

El X Festival Internacional de Matemática (realizado en esta provincia) fue especial, ya que muchos jóvenes limonenses tuvieron la oportunidad de presenciar ponencias y asistir a talleres de personas de gran conocimiento. A su corta edad, pocas veces tienen la posibilidad de interactuar en este tipo de actividades; sin embargo, CIENTEC lo hizo posible.

Las giras astronómicas también se han sumado al apoyo de CIENTEC para esta provincia; estar en observaciones ha sido una realidad para los jóvenes limonenses, pues CIENTEC les ha facilitando todo el equipo y un lugar seguro para poder observar Júpiter, la luna y otro sinfín de maravillas. Escuchar las experiencias vividas en esas actividades nos llena de gran satisfacción, ya que cada una de ellas es abono en tierra fértil.

Decir CIENTEC es equivalente a inclusión y apertura. Al expandir sus acciones hacia la población más alejada del Gran Área Metropolitana ha permitido, sin lugar a dudas, que la brecha educativa disminuya, y tener a más personas apasionadas por la ciencia. ¿Cuántos sueños han impulsado? ¿Cuántos impulsarán en el futuro? Tengo certeza de que son muchos y faltan muchos más aún.

El Padre Roberto Evans Saunders decía: “Camina al lado de mis huellas; nunca dentro, para que se vean tanto las tuyas como las mías”. ¡Gracias por construir este largo camino junto a nosotros! Este 2018 son treinta años de felicitaciones, pero deseamos construir este camino hasta la eternidad.