¿Qué son las Leónidas? por Alejandra León Castellá
Se pueden observar meteoros, conocidos también como estrellas fugaces, todas las noches. Pero periódicamente la Tierra se acerca o cruza una banda de estas partículas, y entonces se produce una lluvia. Aquí podrá encontrar la lista de las más importantes: Tabla de meteoros.
Las Leónidas son una lluvia de meteoros que se extiende entre el 14 y 21 de noviembre, todos los años, y tiene su máximo alrededor del 18.
En los últimos años se han presentado algunas tormentas (miles de meteoros por hora en todo el cielo) y para este año, 2002, se espera una buen espectáculo.
Para observar meteoros no se necesitan instrumentos, pues es imposible seguirlos con binoculares o telescopios. Pero sí se requiere de un cielo despejado y oscuro, y evitar la luz de la Luna Llena.
Radiante
Esta lluvia se llama las Leónidas, porque los meteoros parecen provenir de un punto en la constelación de Leo.
Esta foto, retocada con líneas imaginarias para mostrar mejor la constelación de Leo, fue tomada el 18 de noviembre del 2001, y presenta tres meteoros saliendo en direcciones opuestas, evidenciando la radiante. Robert M. Sandy, Roanoke, Virginia,
¿Qué se puede esperar ver?
Foto con cámara fija sobre trípode. Varios meteoros cruzan el fondo de estrellas, que aparecen como rayas paralelas. Leónidas, Nov.2001,
Michael Vasseur y Pierre Martin,
West Virginia, EE.UU.
Los meteoroides al entrar en la atmósfera se consumen, produciendo breves rastros de luz en movimiento (meteoros). Algunos meteoros se mueven más rápido que otros y su composición varía, con lo cual también el color del rastro. Las Leónidas son de los meteoros más rápidos y dejan muchos rastros. Cuando entran en la atmósfera terrestre viajan a 71 km/s. Además de ser rápidas, las Leónidas contienen un número alto de meteoros muy brillantes, que pueden dejar rastros desde segundos, hasta varios minutos. Los rastros son blanco azulado y los más rápidos tienen tonalidad verdosa.
¿De dónde vienen?
Los cometas están compuestos de hielo y polvo. Cada vez que un cometa se acerca al sol, el hielo se sublima y libera las partículas.
Algunas llegan a fracturarse y romperse en pedazos, efecto del incremento de temperatura (Comet 57P, Shoemaker-Levy 9).
Eventualmente el polvo se distribuye completamente alrededor de la órbita del cometa. Cuando la Tierra cruza o se acerca a una de estas franjas, entonces se produce una lluvia de meteoros y, en casos muy especiales, una tormenta de más de miles por hora.
La órbita del chorro de Leónidas se muestra como una elipse roja. Esta órbita se extiende hasta la órbita del planeta Urano y las partículas, al igual que el cometa, toman alrededor de 33 años en hacer una vuelta completa alrededor del sol. El chorro fue producido por el cometa Tempel Tuttle. (Imagen producida con el programa Voyager II)
Comportamiento en últimos años
Tempel-Tuttle pasó cerca del Sol en febrero de 1998, por lo cual se han producido grandes tormentas en los años siguientes. En 1998 se observaron entre 250 y 300 meteoros por hora. En 1999 hubo un pico de 3.700 por hora. En el 2000 se vieron más de 500 por hora. El 2001 trajo miles también. (Dependiendo de la región terrestre que enfrentó el máximo, la cantidad observada varió significativamente.)
Predicciones
Para el año 2002, se han desarrollado varios modelos (Asher & McNaught, Lyytinen & van Flandern, Jenniskens y Langbroek) para predecir el resultado y coinciden bastante bien en las horas de los máximos y las probabilidades de que se produzca una tormenta (miles por hora).
Uno de estos máximos, generado por el trazo del cometa en 1866, le tocará a Norte y Centro América el 19 de noviembre alrededor de las 4:30 a.m., hora de Costa Rica (10:30 TU). El otro pico será más favorable a Europa (trazo de 1767).
Resumen de últimas predicciones - 19 de noviembre, 2002 dado en Tiempo Universal, TU (hora para Costa Rica = TU -6 horas)
Predicciones de los picos corresponden a los encuentros con los trazos de partículas
dejados por el cometa 55P/Tempel-Tuttle en 1767 (7r) y en 1866 (4r).
Los siguientes gráficos muestran la porción de la Tierra que estará de noche (parte izquierda) y expuesta a la hora los máximos previstos.
Image courtesy of Robert McNaught, Astronomical Society of Australia.
Sólo el resultado confirmará el número exacto de meteoros y el mejor modelo para predecirlos. Pero esta es la última oportunidad de ver una tormenta en nuestra vida.
Recomendaciones específicas
La Luna llena afectará la observación este año. Pero si trata de evitarla, tapándola con un árbol o un edificio, o simplemente mirando en dirección opuesta, tendrá mayor probabilidad de ver más meteoros.
Para Norte y Centro América, se predice un pico que caerá el amanecer del martes 19 de noviembre, a las 4:30 a.m.
Cielo sobre Costa Rica, 19 de noviembre, 2002, 4 a.m.
Vigilia de CIENTEC
Como en años anteriores, CIENTEC está realizando una serie de actividades, preparatorias y de observación del fenómeno, con el fin de que la comunidad educativa lo aproveche como una actividad científica y el público aficionado lo disfrute.
Para la noche del 18 al 19, CIENTEC organiza una gira en crucero a la Isla Tortuga, en el Golfo de Nicoya, que saldrá de San José el 18 de noviembre a las 5 p.m. y estará de regreso el 19 a las 10 a.m. La gira incluye transporte a Playa Herradura, viaje en el crucero Breeze a la isla, cena, carnaval, charla y guías astronómicos, actividades de entretenimiento, desayuno y demás.
Grabado de la tormenta de 1833, realizado varias décadas después.
Los resultados del 1999 al 2001 ayudaron a confirmar y ajustar la matemática de las predicciones en cuanto a la hora de los máximos. Este año se espera avanzar en la determinación de un modelo que mejor prediga los rangos por hora.
Los diversos modelos predicen que los siguientes años, 2003-2005, serán normales (15-20 meteoros por hora), y que se puede esperar un incremento a 100 por hora en el 2006 y posiblemente en el 2007. Después de ello, el ciclo de 33 años de intensidad, cederá por los próximos 100 años, ya que Júpiter atraerá todo el sistema de trazos, suficientemente, para prevenir el encuentro con la Tierra. En otras palabras, no habrá un incremento significativo para las pasadas del 2033 y 2066.